El germen de este nuevo sistema industrial surgió con un fuerte y marcado carácter diferenciador como consecuencia de la competencia de la fabricación en masa procedente de los países asiáticos. Para desmarcarse de ese mercado idearon un sistema de producción que ofrece al consumidor un artículo de calidad, hecho a medida, con entrega inmediata y con un servicio prácticamente individualizado. Lo cual, conduce a las empresas a realizar un producto que marca la diferencia y se aleja de la producción en serie. La implantación de tecnología ofrece a las empresas de calzado numerosos beneficios como:
La capacidad de adaptación constante a la demanda del mercado. Actualmente los gigantes de la moda como Inditex, Mango, H&M, etc. han modificado su forma de venta. Abogan por lo que se llama el fast fashion, es decir, ya no se centran en las dos temporadas marcadas históricamente (primavera/verano y otoño/invierno) sino que están lanzando constantemente nuevos productos. Por ello es fundamental que el sector se adapte a las necesidades del nuevo consumidor y como consecuencia nos llevará a crear series de producción más cortas y rentables.
Servir al cliente de una forma personalizada. Conlleva tener la posibilidad de interactuar con el usuario final. La tendencia del mercado es dirigirse hacia la personalización los productos y los servicios que se ofrecen al cliente.
Aprovechar la información para su análisis desde múltiples canales para ser capaces de analizar los datos y explotarlos en tiempo real.
Diseñar, producir y vender productos en menos tiempo. Hace referencia a la estructura que engloba una serie de células productivas informadas e interconectadas, capaces de establecer entre ellas los vínculos necesarios para comportarse como una red adaptable de inteligencia distribuida. Gracias a dispositivos, aplicaciones o sistemas informáticos como CRM, Rfid, la redes sociales, etc. todos los procesos relacionados con la fabricación, distribución y venta se optimizan.